sábado, 19 de marzo de 2016

Cosas bonitas

Tengo una debilidad, tú lo sabes muy bien... se me nota en la mirada. ¡Me gustan las cosas bonitas! ¡Y las frikis! ¡Y todas en general! Así que bueno, me voy a hacer una wishlist de cositas que quiero para ir consiguiéndolas poco a poco.

1. Quiero una mochila, bonita y cómoda. Ahora mismo tengo una de  Decathlon que es cómoda, pero fea como la suela de una raqueta de nieve.  A ser posible que no cueste un ojo de la cara y que no sea cursi como un bocadillo de vómito de unicornio. ¿Tarea imposible? De momento, parece que sí.

2. Quiero una pluma. Me gusta escribir con pluma algunas cosas que necesitan escribirse sin prisa y pensando. Me gustan las de Charuca, pero aún no me decido por un modelo... así que, bueno... a la wishlist.

3. Quiero el Funko de Elphaba. Me encanta Wicked (pero sólo el musical y cuando canta Idina Menzel, no los libros, que son...¡¡aahh!!) y me encanta este Funko. Tiene cara de mala leche y es rara como un perro verde...¡¡soy yo en Funko!!

4. Quiero unos zapatos para mi Miguelito. Claro que el personaje que había pensado se ha ido al traste con su outfit (que a saber cuando llegará)... así que las botas deberán esperar.

Por ahora no quiero nada más... ya os iré contando si voy consiguiendo cosas de estas.

sábado, 5 de marzo de 2016

Mi experiencia con el SAC de Bimbo España

Os voy a contar algo que nos ha pasado en casa. Nos gusta comer Orow
eat, no comemos mucho pan, así que ir a por pan a la panadería no nos salía rentable y bueno, dentro de los panes envasados, es el que más nos gusta. Es cierto que últimamente está caro, cuando salió estaba alrededor de los dos euros y ya vamos por dos cuarenta…

Quizás por ese aumento de precio, cuando en mitad de un paquete nos dimos cuenta de que las rebanadas centrales de un paquete que llevaba dos días abierto tenían moho nos enfadamos un montón. Con un cabreo del quince lo tiramos a la basura. Una vez en la basura, se me ocurrió escribir un tweet quejándome de los sucedido…

Se puso en contacto conmigo el departamento de atención al cliente y tras explicarles lo sucedido se disculparon y me mandaron un detallito a casa (un paquete de orowheat y alguna cosita más).

Me alegro de haberme quejado porque sé que les servirá para mejorar su servicio, pero sobre todo chapeau por su SAC. Además, estoy harta de decir que los españoles sólo sabemos quejarnos en la barra de un bar… Si sólo hubiera dejado de comprarles, ¿habría servido de algo?


Conclusión, quejarse, bien y con razón, sigue siendo gratis pero encima es beneficioso.