Os voy a contar algo que nos ha pasado en casa. Nos gusta
comer Orow
Quizás por ese aumento de precio, cuando en mitad de un
paquete nos dimos cuenta de que las rebanadas centrales de un paquete que
llevaba dos días abierto tenían moho nos enfadamos un montón. Con un cabreo del
quince lo tiramos a la basura. Una vez en la basura, se me ocurrió escribir un
tweet quejándome de los sucedido…
Se puso en contacto conmigo el departamento de atención al
cliente y tras explicarles lo sucedido se disculparon y me mandaron un
detallito a casa (un paquete de orowheat y alguna cosita más).
Me alegro de haberme quejado porque sé que les servirá para
mejorar su servicio, pero sobre todo chapeau por su SAC. Además, estoy harta de
decir que los españoles sólo sabemos quejarnos en la barra de un bar… Si sólo
hubiera dejado de comprarles, ¿habría servido de algo?
Conclusión, quejarse, bien y con razón, sigue siendo gratis
pero encima es beneficioso.
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